
Debe salir de la taberna y entonces verá
la condición del caballo y del carruaje. El caballo pasa hambre, el coche está
en un estado pésimo. Nota que los arneses del caballo están mal colocados y que
faltan las riendas que unen el caballo a la caja del coche, esto es, que no hay
nada que permita la comunicación entre el conductor y el caballo.
Ocupémonos solamente de esta parte de la
parábola, a saber, la falta de riendas. Evidentemente, es inútil que el cochero
suba a la cabina si faltan las riendas. Quizá comprendan ahora que faltan las
riendas entre el Centro Intelectual y el Centro Emocional. En esta parábola el
caballo representa el Centro Emocional y el cochero representa la mente.
No hay una conexión apropiada entre los
pensamientos y las emociones. Por ejemplo, pensamos y resolvemos mentalmente
comportarnos de cierta manera, no perder los estribos, pero cuando surge la
situación real vemos que nuestros pensamientos no tienen ningún control sobre
nuestros sentimientos, es decir, que no se controla al caballo.
En la parábola significa que no hay
riendas entre el cochero y el caballo ¿Acaso no es cierto que decidimos
mentalmente no entregarnos a cierto comportamiento y sin embargo fracasamos?
¿Qué sucede en general? No podemos controlar el caballo.
El comportamiento del
caballo es independiente de lo que ha resuelto la mente. Por ejemplo, uno
decide ser muy valiente en presencia del peligro. Estalla una bomba y ve que es
incapaz de controlar el caballo. Tiembla como un poseído, etc. Esto se debe a
que no hay riendas que conecten al cochero con el caballo. Lo desdichado es
que el cochero y el caballo hablan diferentes lenguajes. El caballo —esto
es, el Centro Emocional— no entiende las palabras del cochero —esto es, el
Centro Intelectual.
¿Qué lenguaje usa el Centro Emocional?
Usa el lenguaje de las imágenes visuales. El Centro Emocional no conoce ni las
palabras intelectuales ni las teorías, pero comprende las imágenes visuales.
Por ejemplo, si está en peligro y se siente nervioso, si se encuentra con un
hombre visiblemente tranquilo, ayuda al caballo —esto es, al Centro Emocional.
El hombre calmo es una imagen visual y esto afecta al caballo y lo tranquiliza.
Por una parte, pues, el Centro Emocional es gobernado por medio del lenguaje de
las imágenes visuales.
¿Cómo puede ponerse en comunicación el
cochero con el Centro Emocional? No basta tener pensamientos porque el Centro
Emocional o caballo no comprende esos pensamientos que por lo general toman la
forma de palabras. Quiero decir que el pensar ordinario adopta la forma del
lenguaje, de palabras tales como "Seré valiente", "No me importa
lo que dice".
Supongamos ahora que uno se enfrenta con
una situación que puede inducir fácilmente a ser negativo. Se dice a sí mismo
"No seré negativo" o "No reaccionaré a esta situación", y
mentalmente se puede decir muchas frases semejantes —esto es, el cochero— y sin
embargo cuando surge la situación el caballo se desboca.
"Sí, el cochero sabe, el caballo no
sabe. El caballo no comprende. No comprende lo que dice el cochero". Es
decir, no hay riendas que vayan del cochero al caballo. El cochero no sabe
cómo controlar el caballo. Cree que se puede controlar disponiendo los
pensamientos de cierto modo. El caballo no conoce este lenguaje. No recibe los
mensajes. De hecho, el caballo no conoce las decisiones del cochero.
¿Qué significa esta primera etapa del
despertar de la ebriedad? Hay gente embriagada con la propia importancia, con
sus estados negativos, embriagada con la idea de su capacidad para hacer
cualquier cosa, etc. Mientras un hombre o una mujer piensen que no hay nada de
equívoco en ella, seguirán en la taberna en estado de embriaguez.
Las riendas entre el cochero y el caballo
no se hacen mecánicamente —o más bien sólo las riendas equivocadas se hacen
mecánicamente.. Para establecer una conexión correcta entre el Centro
Intelectual y el
Centro Emocional —esto es, entre el cochero y el caballo— es preciso ser capaz,
por más limitada que sea la capacidad, de recordarse a sí mismo y estar alerta.
Ahora
bien, ¿por qué existe una parábola? Son imágenes visuales. El caballo entiende el
lenguaje visual, el cochero comprende las palabras, y la parábola pone a ambos
en relación. Las imágenes visuales son un idioma universal. Es el lenguaje de
los signos. El caballo sólo entiende un lenguaje universal de imágenes
visuales. Por eso, si se quiere controlar al caballo desde la mente, es preciso
visualizar y no pensar meramente. Es menester visualizar la conducta que se ha
decidido seguir con determinada persona.
Fuente: Maurice Nicoll
Fuente: Maurice Nicoll
No hay comentarios.:
Publicar un comentario